La Reina




Para Melani aquel viaje era un sueño hecho realidad, para sus padres una razón de preocupación. Siempre había deseado conocer Brasil, por fin la oportunidad llegó y no la dejó pasar.
Estaría unos días en Sao Paolo y de allí iría con un grupo de jóvenes misioneros a la amazonía brasileña por varios días para ayudar en la construcción de una escuela.

Melani siempre fue una chica simpática, de ese tipo de personas que es fácil llegar a querer, por lo que no fue problema hacer química con aquel grupo dos días antes de salir en aquel viaje.
Hizo especial conexión con una chica, Helen, ambas se sorprendieron de encontrar una compatriota en aquel país, Helen le comentó que la única cosa que le preocupaba era que al ir a aquel lugar estarían pasando por una zona que era literalmente tierra de nadie.

—Vamos no es para tanto, yo también leí sobre eso y creeme no hay nada de qué preocuparse.

—¿En serio? Dijo Helen con cierta duda.

—Sí, además si algo llegara a pasar yo estaré aquí para defenderte. Agregó Melani mientras echaba el brazo sobre el hombro de su amiga y le acomodaba su inseparable fedora.

Helen se sonrió. Melani había logrado su propósito.

El dia del viaje llegó, aquellos veinte estudiantes, de distintas naciones latinoamericanas se embarcaron en aquel largo viaje, un viaje de toda la noche, pero el autobús en el que viajaban estaba preparado para eso, con grandes y espaciosos asientos que podían inclinarse casi hasta convertirse en camas. Melanie y Helen conversaron largamente hasta quedarse dormidas.

En la oscuridad de su sueño, escuchó, golpes, un grito distante y luego otro más cercano.

—Melanie despierta. Musito Helen

—¿Ya llegamos?

—No algo pasa el autobús se detuvo de golpe y....

Las palabras de Helen fueron interrumpidas por una rafaga de ametralladora seguida de las voces amenazantes de unos hombres que vestidos con pertrechos militares irrumpieron en el autobús. Había confusión, gritos y violencia, todos fueron sacados del autobús y colocados en fila fuera del mismo.

Aquel grupo de hombres requisaron los documentos y pasaportes y una vez que constataron quienes estaban allí, les ataron y cubriendo sus cabezas les obligaron a subir a un camión, los sollozos se podía escuchar, mientras el camión avanzaba por difíciles caminos, Helen y Melani solo podían tomarse de las manos y pedirle a Díos que los protegiera.

Avanzaron por un lapso de tiempo que no pudieron calcular. Por fin el camión se detuvo y todos fueron bajados con la misma violencia con la que les subieron. Les quitaron las capuchas y luego les quitaron los relojes prendas, llaves y cualquier otra cosa que tuvieran que no fuera sus ropas.

Melani vio cómo llevaron todos los documentos a un hombre al que todos se referían como ¨Comandante¨ Obviamente el líder, este después de revisarlos mando a separar a dos chicos y una chica del grupo. Luego a los restantes los separaron, los hombres de un lado y las mujeres de otro. Los encerraron en unas estrechas celdas de madera y rocas, donde la única iluminación era la que se filtraba entre las tablas mal clavadas. Entonces lloró, había estado tratando de no perder la calma y mantenerse positiva, pero había llegado a su límite. Había sido golpeada por la realidad de su situación y de la posibilidad de que nunca más vería a sus padres y a sus hermanos, lloró amargamente, de hecho todas lo hicieron, lloró hasta el cansancio, lloró hasta quedarse dormida.

Un fuerte golpe en la puerta la despertó, por una ranura debajo de la puerta vio entrar una vieja vasija de aluminio conteniendo una especie de sopa, no olía muy bien que digamos y el sabor no era el mejor, pero su hambre ignoró todo eso, allí se dio cuenta de que debía tener todo un dia sin comer. Al terminar aquella comida, si así se le pudiera llamar, respiró profundo y agradeció el hecho de seguir con vida, tanto ella como sus compañeros y le pidió a Dios que les ayudará a salir con bien.

—¿Hola, quién está ahí? Dijo tocando el lado derecho de su celda.

—¿Melani? Soy yo Susan.

—Susan toca del otro lado y ve quien esta ahí, y pídele que haga lo mismo, hay que saber si todas estan bien.

Se dio la vuelta e hizo lo mismo del lado izquierdo. Todas las chicas se reportaron excepto Wendy, que fue la que separaron y Helen. Melani sintió un dolor en el corazón, nadie sabía dónde estaba aquella a quien le había prometido que no había nada de qué preocuparse y que la cuidaría si algo llegara a pasar, temió lo peor.

—Escuchen se que esta situación es de lo peor, pero si nos dejamos dominar por esto les estaremos entregando la posibilidad de jugar con nuestras mentes y destruir nuestra moral, no se lo permitimos, así que hablen entre ustedes dense ánimo y no se rindan.

Las chicas recibieron con buena actitud su arenga. Aquel día pasó, entre el sofocante calor de aquel encierro, el hambre, los insectos y la incertidumbre. Las conversaciones se mantuvieron. Eso sí, a bajo volumen porque en un par de ocasiones los guerrilleros les amenazaron para que se callaran.

La noche llegó y la temperatura descendió, haciendo aún más difícil el dormir, ya bastante incómodo era el hecho de dormir sentada en aquel piso de piedras, amaneció y una vez más la vasija con la única comida del día apareció en esta ocasión se trató de yuca, sin sal, dura y medio rancia, pero igual, el hambre no ponía condiciones para ser saciada.

Cuando el calor empezó a aumentar llegaron unos guerrilleros y sacaron a Susan, todas guardaron silencio tratando de escuchar que pasaba, mientras sus gritos se escuchaban cada vez más lejos, Melani sólo podía pedir al cielo que la cuidara. Tras un rato regresaron a la chica, esta lloraba desconsolada, ninguna se atrevió a decir nada. Cuando se calmó entonces ella le habló al grupo

—Me hicieron muchas preguntas sobre gente que jamas habia visto, me golpearon varias veces ¿Pero que querían que les dijera?  No se quienes eran los de las fotos. Lo único bueno es que vi a Helen, la tienen encerrada con los otros tres.

—¿Pudiste hablar con ella? Intervino Melani.

—No, solo la vi de lejos, pero está bien dentro de lo que cabe.

Melani sintió un gran alivió, todas estaban bien. 

Pasó otra noche fría, otro amanecer con desayuno horrible, calor sofocante, insectos, peste. Ya las conversaciones se habían reducido, el cansancio físico ya empezaba a hacer mella en el grupo. Al día siguiente fueron menos y al siguiente fue solo silencio durante todo el día. Aún para Melanie era difícil mantener su mente enfocada, lo estaban logrando, estaban haciendo que el encierro les afectará más allá de la físico. Esa tarde se sintió defraudada, había confiado en que algún milagro sucedería, pero al parecer los milagros solo pasan en los cuentos. Empezó a llover.

—Lo que faltaba.—Musitó mientras varias gotas caían sobre ella.

Vio como el agua empezaba a correr por debaja de la destartalada puerta y se salía por detrás de la celda. Según fue pasando el tiempo vio que la lluvia empeoraba, ahora habían rafagas de viento y relámpagos y la cantidad de agua que pasaba era cada vez mayor.

—¡Esto se está inundando! Gritó una de las chicas.

Eventualmente todas empezaron a ver como las celdas se llenaban de agua a niveles preocupantes, gritaron pidiendo ayuda, algunos de los guerrilleros se acercaron para sacarlas y justo cuando abrieron la puerta de la celda de Melanie el suelo debajo de ella sucumbió y esta se deslizó en una avalancha de lodo colina abajo, solo podía gritar mientras era arrastrada sin control. Cuando por fin se detuvo, aún un poco confundida, rápidamente se dió cuenta de que estaba libre y al escuchar las voces de los guerrilleros a lo lejos su reacción instintiva fue la de correr.

Chapoteando salió del fango, y empezó a avanzar a través de aquella espesura, no sabía hacia dónde se dirigía y honestamente no le importaba siempre que fuera lejos de sus captores. La lluvia fue disminuyendo, pero no por eso se hizo más fácil su camino, estaba débil y se cansaba con rapidez, entonces pensó en esconderse, se detuvo un momento para buscar opciones, de pronto sintió algo quebrarse bajo sus pies, no pudo reaccionar lo bastante rápido y cayó una vez más, gritaba y manoteaba mientras caía, logró agarrarse de unas raíces que colgaban, lo que amortiguó el golpe que recibió al llegar al fondo.

El golpe sonó metálico, recuperó el aliento y dándose vuelta vio que había caído dentro de una cueva sobre lo que parecía parte del fuselaje de un avión, había una abertura en el metal así que arrastrándose entró por allí, solo para resbalar.

—No otra veeeeeeez. Gritó mientras caía aparatosamente en algo que parecía una cama reclinable.

Vio un cubierta traslúcida cerrarse sobre ella, trato de abrirla pero luego se quedó en silencio cuando a lo lejos le pareció escuchar las voces de sus captores, después de unos instantes ya no se escuchaba nada, sin embargo decidió permanecer por un rato más.

Cuando entendió que era seguro salir empezó a buscar la manera de abrir aquella cubierta, estaba en algo parecido a una cápsula, pero no había ningún manubrio o botón para salir.
Mientras tanteaba encontró unas aberturas a ambos lados donde metió las manos tratando de buscar el mecanismo de apertura.

De pronto sintió que sus manos fueron atrapadas, una especie de banda metálica salió rodeando.su cabeza, acto seguido aquel compartimiento empezó a llenarse de un líquido verde. Pataleó y gritó mientras sentía como se le clavaran cientos de agujas en las manos y en la cabeza, pero su esfuerzo fue en vano, contuvo la respiración tanto como pudo cuando el líquido la cubrió por completo, pero eventualmente no pudo más y empezó ahogarse, no hubo mucho que pudiera hacer, se sintió desmayarse, se sintió perderse en un laberinto de oscuridad y recuerdos mezclados. Tuvo visiones extrañas mezcladas con todo lo vivido en los últimos días, un montón de pensamientos confusos que no la llevaban a ningún lado, recuerdos de una vida que ella no recordaba a haber vivido.

Entonces sintió un golpe en su pecho, pasaron unos segundos y volvió a sentirlo, venía desde adentro, era su corazón que volvía a latir, con una fuerza que jamás había experimentado, abrió los ojos e inhalo profundamente, aún estaba en aquel contenedor, pero el líquido había desaparecido, trato de mover las manos sacandolas sin ningún problema de donde hace poco estuvieron atrapadas, entonces vio algo, fuera del contenedor había unos cables, serpientes o algo parecido con unas luces rojas, parecían mirarla a través  de la cubierta traslúcida. La puerta se abrió pero antes de que pudiera hacer algo, más de esas cosas salieron y la atraparon, luego la levantaron. Entonces le colocaron una especie de traje, un mono de un material tejido que se sentía como engomado, sobre el cual colocaron lo que parecían partes de una armadura.

—Okey ¿Puedo preguntar que hacen?

Los cables de las luces rojas se enfocaron frente a su cara, emitiendo unos sonidos extraños.

—Si están tratando de decirme algo están haciendo un mal trabajo.

Todo aquel lugar se iluminó, luego símbolos que jamás había visto aparecieron en un imagen que flotaba frente a ella.

—¿Como les hago entender que estoy confundida, no se qué pasó ni lo que ustedes quieren?

Aquellos cables parecían ignorarla mientras se comunicaban entre ellos, entre los símbolos empezaron a aparecer imágenes de distintos animales, entonces los dos actuantes se dirigieron hacia ella, hicieron un par de ruidos y quedaron como si esperaran respuesta de ella.

—Yo Melani, ustedes asustar mucho a mi. Dijo con cierta ironía.

Aquellos actuantes, se aflojaron levemente como si se estuvieran desesperando con ella, al retomar su contextura original, hicieron otro ruido y los que la sostenían, la arrojaron hacia arriba, cuando estuvo libre sintió una instantánea conciencia corporal, sabía dónde estaba cada centímetro de su cuerpo con relación al entorno, impulsivamente se giro en el aire y cayó a gatas sobre el suelo.

—Okey, ahora estoy oficialmente asustada.

Los demás actuantes que la estuvieron sostenido se acercaron, abrieron como unas flores metálicas en sus puntas y comenzaron a atacarla con descargas eléctricas. Melani no entendía que pasaba, simplemente podía ver y reaccionar a una velocidad que jamás había experimentado, podía esquivar sus ataques con gran facilidad, podía dar grandes saltos, hacer toda clase de piruetas, sin dudar, cuando todos dejaron de atacarles, se volvió a los dos principales.

—No se lo que me hicieron, pero me esta gustando.

Aquellos dos flagelos se miraron entre si con un gesto de aprobación, volvieron a proyectar aquellos símbolos acompañados de las imágenes de los animales.

Lo pensó por un momento, pero no se lo podía creer, miró sus manos y vio que por unos momentos parecían cambiar de color, se veía como si ondas de tintas se movieran por debajo de su piel, volteó hacia la imagen que flotaba, se había detenido en la fotografía de un camaleón, se dirigió hacia una superficie de metal pulido, vio su rostro, el que hacia varios días no veía, tomó un pedazo de madera y lo acercó a su cara y pensó en el color de la madera, su rostro cambió a color madera en fracciones de segundo, se asustó retrocediendo un poco. Tras tranquilizarse lo intentó de nuevo, ahora no solo su cara sino todo su cuerpo adquirió el color incluso la textura de la madera, de alguna manera el traje que le habían puesto había hecho lo mismo.
Se dio vuelta hacia la proyección flotante y vio la imagen de una piraña.

—No, no, no, no puede ser.

Miró el pedazo de madera y con cierta desconfianza le dio un mordisco arrancando un gran pedazo.

—¿¡Que me han hecho!? ¡Soy, soy una especie de zoológico ambulante!

Melani no entendió mucho, al parecer aquellas criaturas extrañas, le habían inculcado las destrezas y habilidades de distintos animales, se sentó un momento y exploró visualmente, al recorrer aquel lugar que resultó algún tipo de nave, se topó con un cadáver de forma humanoide, al parecer esa criatura viajaba por distintos planetas de cacería y al llegar a cada lugar esas cosas se encargaban de dotarlo con las destrezas de las criaturas del planeta en cuestión para entonces salir a cazar, parece que se había estrellado y murió en el impacto, entonces al ella llegar recibió el cóctel genético que estaba destinado para aquel ser, eso fue lo que más o menos entendió de los ruidos e imágenes que los dos actuantes le mostraron, entonces volvieron con las imágenes de los animales.

—Entonces déjenme ver si les entendí: Puedo camuflarme, tengo una terrible mordida, que dicho sea de paso que bueno que ya no uso frenos, mis uñas se han vuelto el sueño de toda mujer, largas, hermosas e irrompibles, literalmente puedo ver en la oscuridad, puedo olfatear y escuchar como los mejores sabuesos, también puedo sentir las emanaciones de calor de cualquier mamífero como las serpientes y hasta las pequeñas descargas eléctricas que producen al moverse, soy fuerte como un oso, rápida como un cheta, con grandes destrezas acrobáticas y reflejos como los reptiles trepadores y también puedo respirar bajo el agua a través de mi piel como los anfibios. Ah, y ahora mis ojos cafés se han vuelto verde esmeralda. Aquellos seres hicieron un sonido que ella interpretó como afirmativo.

—Y me siento tan bien, siento como si hubiera café en vez de sangre corriendo por mis venas. Pero sigo con hambre, ¿Hay alguna comida exótica que pueda probar?

Con un gestó de los actuantes un tubo descendió y una pasta viscosa color naranja oscuro salió de el.

—Este, no esta bien gracias, mejor busco algo por mi cuenta.

Salió con suma facilidad por el hueco por donde había caído. Se subió con un par de saltos a la cima de un árbol. Aspiró profundo sintiéndose más viva que nunca y literalmente sintiendo cada cosa viviente alrededor de ella. Usando su olfato rápidamente localizó fruta que pudiera comer.

—Sip, definitivamente esto me esta gustando.

Mientras comía aquel mango sintió un desagradable olor que de inmediato reconoció, las barracas donde estuvo prisionera, con tanta conmoción se había olvidado de sus amigos, regresó a la nave y pidió a los dos actuantes que le ayudarán, aquellos seres artificiales no entendían a qué se refería, eventualmente le dieron acceso a un panel lleno de extraños equipos que Melani intuyo eran armas, le colocaron una curiosa diadema que proyectaba información sobre los equipos que llevaba con ella, por desgracia estaba en ese idioma extraño, pero las imágenes eran comprensibles. Tenía prisa por ir a rescatar al grupo, pero decidió esperar que cayera la noche.

Se movía con velocidad y sigilo, saltando de árbol en árbol hasta las cercanías del campamento, según se acercaba empezaba a sentir las personas, miro hacia las celdas y era como si una sombra roja de quien estaba dentro se proyectara sobre la madera, los contó, todos estaba ahí. Se aproximó a los que montaban guardia cerca de las barracas, los dos soldados se entretenían en sus charla mientras fumaban, arrojó una piedra y uno de ellos fue a ver.

—Es increible ¿Como puede ser que esa boberia aún funcione? Musitó.

Se acercó por detrás del otro, le tocó por la espalda, cuando se dio vuelta le arrebató el arma con velocidad felina y lo golpeó en la cara con la culata de la misma dejándolo noqueado, luego lo levantó y lo ató a un árbol.

El otro regresó vio una silueta parada en la oscuridad con la gorra y el chamaco de su compañero, cuando se acercó, no pudo ni reaccionar, recibió un puñetazo que puso fuera de combate
Con estos dos reducidos, fue y abrió algunas de las celdas.

—¡Melanie! ¿Pero como..

—No hay tiempo, saca las demás y ocultense en la selva hasta que yo les avise.

Tras esto avanzó hacia las barracas donde tenía a los hombres. Dos guardias custodiaban esa área,  de su espalda tomó un pequeño artefacto, era como una media luna, bueno, un cuarto de luna, la diadema proyecto información para ella, seguía sin entender el idioma pero los gráficos decian que debia agitarlo, al hacerlo se extendió formando un círculo aplanado, luego la instrucción señalaba que debía lanzarlo y mantener su brazo extendido, así lo hizo, el aro se suspendió en el aire, le tomó un par de minutos entender que podía controlarlo con simples movimientos de su mano, el artefacto levitaba sin hacer ningún ruido y se deslizaba con rapidez, pero su propósito no quedaba claro así que improviso. Lo llevo por encima de los guardias y les golpeó en la cabeza ambos hombres miraron mientras apuntaban sus armas, quedaron perplejos al ver aquel objeto, momento que Melanie aprovecho para descender el aro, amplio su tamaño y luego lo estrecho sobre sus ametralladoras para arrebatárselas. Los guardias se dieron a la fuga, pero el aro los atrapó, con sendos golpes los dejó inconscientes, entonces una vez más lo ensanchó, atrapado a ambos hombres y levitando los depositó sobre un gran árbol. Tras esto localizó al conductor del  autobús le pidió que que liberará a los demás y que se preparará para manejar uno de los camiones que los guerrilleros tenían en el lugar.

Avanzó protegida por la oscuridad, el otro grupo de barracas estaba cerca de la instalación que los guerrilleros usaban como dormitorio, vio a un guardia desprevenido así que trato de sorprenderlo como al primero, pero por alguna razón este volteó y la vio, en ese momento ambos no supieron que hacer,  Melani cambio de color frente a los ojos de aquel hombre, el cual dando un grito empezó a disparar, esquivó las balas mientras saltaba hacia un árbol donde con veloces movimientos reptilianos y cambiando de color nueva vez se perdió en la oscuridad. Aquel hombre dio la voz de alerta, cuando sus compañeros aparecieron aquel hombre no tenía palabras para expresarse, decía que un fantasma, una bruja o un espíritu maligno se le había aparecido, sus compañeros se burlaron de él pero al comandante del grupo no le pareció gracioso y mandó a inspeccionar el área al hacerlo notaron que los prisioneros no estaban, de inmediato organizaron un grupo de búsqueda, el resto de de los hombres se quedaron vigilando el campamento y a los prisioneros restantes.

Desde lo alto de un árbol podía ver los rastros de calor que dejaban a su paso, Entonces empezó la cacería. Uno por uno los fue emboscado y atrapando ayudada de extrañas y eficientes piezas de tecnología desconocida.

El aro fue solo el comienzo, tenía unos minúsculos dardos que noqueaban al instante, su único defecto era que tenían que ser disparados a escasos metros metros del objetivo, algo fácil cuando se es virtualmente invisible. Melanie no era una experta en combate cuerpo a cuerpo así que lo evitaba atacando a distancia y tendiendo trampas.

De todos los artilugios que llevaba el que más le gusto fue un disco del tamaño de una dona que se adhería a cualquier superficie y atrapaba con finos cables a todo el que pasará cerca, una vez atrapada la víctima podían pasarle una de tres cosas: Recibir una descarga eléctrica que lo dejara inconsciente, recibir una descarga eléctrica que lo matara o simplemente explotar con un rango de acción bastante amplio, aunque tenía varios de esos ella solo los uso para dejarlos inconscientes, no tenían intención de matar a nadie.

Luego estaba una especie de látigo, que se envolvía alrededor de su torso y sobre sus hombros como si fuera una serpiente formando parte de su armadura, lo interesante era que este látigo podía contraerse en una forma rígida que lo convertía en una lanza que uso como distracción en un par de ocasiones. Luego probó unas versiones futuristas de boleadoras que envolvían por completo a sus víctimas y unas pequeñas esferas que al estallar dispersaban un viscoso adhesivo que se endurecía al instante.

Los últimos que quedaban estaban bastante asustados, le daban crédito a los supersticiosos comentarios del guardia en el campamento, incluso uno salió corriendo dando gritos los cuales Melani silencio en la oscuridad para luego lanzarlo hacia sus colegas, entonces el terror fue colectivo. Aquellos cinco hombres dispararon al azar en todas direcciones sin lograr atinarle, cuando la selva volvió a quedarse en silencio ella les habló.

-Ustedes se creen muy rudos, muy malos, asustando a civiles inocentes, encerrandolos y maltratandolos y ahora cazandolos como si fueran animales, les daré una noticia, ahora ustedes son mis presas y no podrán escapar de mi, Yo soy la voz de los árboles, yo soy la fuerza de las fieras, yo soy el el espíritu de la selva... Yo soy La Reina.

Los hombres habían formado un círculo espalda con espaldas mientras sostenían en sus manos temblorosas machetes y pistolas sin saber que ella estaba justo en medio de ellos, camuflada y usando una nueva habilidad que había descubierto, podía hablar en frecuencias tan particulares como la de ochocientos cincuenta megahertz, donde el oído humano no puede ubicar la dirección de donde proviene el sonido. Con su fuerza le fue fácil deshacerse de los dos primeros, el tercero le disparó a poca distancia, pero no pudo darle, una patada lo envió dando tumbos hacia una árbol, el próximo se acercó machete en mano, Melani tomó su propia versión de esta herramiente, aunque la de ella tenía el filo hecho de una especie de cristal azul que le permitió cortar el metal de su oponente, este tambien salio corriendo, solo para toparse con una de las trampas que lo atrapó para aturdirlo con electricidad, el último salió corriendo y fue detenido por una simple roca que le arrojó.

Con este grupo fuera de combate Melani fue y se reunió con los que se habían ocultado en la selva y les dio indicaciones de adonde ir, debían esperar allí hasta que les recogieran en un camión, tras esto regresó al campamento

-Bien Melani concentrate, hay gente en peligro y tipos armados, necesitas un plan, no puedes entrar asi no mas.

Visualizó los quince hombres que vigilaban celosamente los prisioneros restantes.
Una vez más su sigilo y camuflaje le permitió ir poniéndolos fuera de combate uno por uno, cuando solo quedaban ocho, el comandante del lugar apareció, cubierto con un poncho.

-¡Sal de una vez y enfrentame!.- Resopló en hombre

Melanie se sorprendió.

-Se que puedes esconderte entre las sombras, y que puedes hacer cosas que nadie más puede.

Melanie estaba aún más sorprendida.

-¿Como sabe este tipo eso? musitó.

El comandante le ordenó a sus soldados restantes que abordaron un camión y se fueran a las montañas hasta que él les avisara, los hombres dudaron, pero tras una segunda orden, desaparecieron en un terroso camino a bordo de un rodado

-¿No quieres rescatar a esta gente?

El hombre se quitó el poncho, Sus brazos estaban protegidos hasta los codos por unos guanteletes muy similares a los que Melanie llevaba, al cinto llevaba un machete igual al de ella.

Melanie se acercó mientras desfasaba su camuflaje.

-Okey aqui estoy, hagamos esto sencillo, liberalos y nadie saldrá lastimado, osea tú no saldrás lastimado.

-¿Donde lo encontraste?

-¿Eh, de qué estamos hablando?

-El traje, el poder ¿Dónde lo encontraste?

-Ah. ¿Te gusta mi modelito? Pues te dire que estaba en la esquina que se forma entre que te importa y vete a la porra.

-Con que una chica ruda, entonces no me vas a decir, pues entonces tendre que sacarte la verdad a golpes.

Al decir esto el hombre lanzó con increíble velocidad una línea, un cable fino que se proyecto a gran velocidad tanto que no lo pudo esquivar, la atrapó por el brazo y con gran fuerza la halo por encima de el azotandola contra el suelo.

-Eso no me los esperaba.- Replicó entre el polvo del suelo.

El hombre empezó a retraer el cable acercandola, vio como este levanto su mano derecha, de la parte inferior de su antebrazo, se levantó una especie de palanca, que luego se volvió un manubrio el cual apretó con fuerza, al instante se creó un aura de color azul alrededor de su puño y luego dejarlo caer con fuerza sobre ella, tuvo que utilizar ambas manos para frenar el golpe, rápidamente se deslizó hacia un lado, y usando su machete cortó el cable. De un salto se alejó.

-Esa no es la forma de tratar a una dama, creo que tendré que enseñarte modales. Dijo tomando el aro.

-Tienes que decirme, cómo lo conseguiste.

-A mi me interesaria más bien saber como sabes de esto y de hecho veo que lo conoces muy bien.

-Lo mejor será que me entregues lo que tienes y me digas de donde lo sacaste antes de que te lastimes.

-Creo que no estás en posición de hacer peticiones, estoy mejor equipada que tu.

El tipo se sonríe mientras se cruza de brazos machete en mano.

-Mi abuelo, lo encontró, nunca dijo dónde, pero un dia llego y podía hacer cosas que nadie más podía, a pesar del poder que había encontrado su personalidad humilde no le dejaba entender su propia capacidad, cuando llegamos al punto en que nuestra gente tuvo que tomar las armas, él se negó, nadie pudo convencerlo, en lugar de esto él desapareció, de vez en cuando volvía y ayudaba a la gente inocente, pero nunca se dedicó a enfrentar a nuestros enemigos. Un dia tratando de salvar a mi padre, literalmente se dejó matar, ambos murieron en una explosión. Si aquel día él hubiera decidido combatir al gobierno en lugar de estar escondiéndose, ambos estarían vivos. De los restos de la explosión yo recupere estas partes, y desde entonces he peinado cada centímetro de esta selva en busca del origen de este poder. Y tú llegas y en una semana te adueñas asi nada mas.

-Siento lo de tu familia, pero eso no te da derecho a aterrorizar gente y encerrar estudiantes inocentes

-Muchachita, tienes que entender que si quieres que los poderosos te escuchen tienes que pegarles donde les duela, donde les llames la atención.

-Se que si le pones la manos a esto vas a usarlo para tus fines y eso no va a pasar.

El hombre empezó a caminar lentamente hacia ella, ella retrocedió.

-¿Y que te asegura que no lo quiero para ayudar a la gente?

-¡Holaaaa! Me tuviste encerrada en una pocilga por una semana dándome comida horrible, no creo que quieras ayudar a nadie fuera de ti mismo.

-Veo que eres terca, niña mimada de ciudad, ya usaste toda la paciencia que tenía, ahora tendré que ponerme rudo contigo.

-Bien anciano, rústico de jungla, que secuestra y aterrorizas, me importa un coco lo que pienses, me voy de aqui y me llevo a estos muchachos conmigo.

-No lo creo.

Al hombre decir esto ella fue atrapada por una de las trampas retráctiles, la cual le dio una fuerte descarga que la dejó aturdida. Mientras trataba de incorporarse aquel hombre la agarró y atandola denuevo con otro cable la colocó sobre una mesa.

-Si no me das el traje, entonces tendré que tomarlo por la fuerza. Dijo sacando una vez más el machete.

Sus pies estaban atados y sus manos sujetadas por la espalda, en una postura que le permitió alcanzar el aro, tomando lo activo e hizo el gesto para elevarlo. Aquel barbudo se quedó perplejo al ver que la chica salia volando.

-¡¡Sorpresaaa!! Gritaba mientras subía por encima de los árboles.

Se puso a una distancia segura y luego de soltar sus ataduras, se replanteo el plan.

-Tengo que patearle el trasero, ese será mi plan.

Un disparo se escuchó en la distancia, esa fracción de segundo fue suficiente para que saltara de la rama en la que estaba, escuchó otro y se cambio a otro árbol, los disparos la seguían muy de cerca
de alguna manera la estaba viendo, se acercó un poco y vio que el hombre llevaba un rifle y unas gafas posiblemente de visión nocturna o infrarrojas, le arrojó una esfera adhesiva, su intención era tapar el cañón del arma, pero un error de cálculo provocó que el hombre terminará con el arma pegada a la cara, aunque tras unos segundos de manipulación logró quitársela de encima.

-¡Vamos ven y pelea como un hombre!

-Te recuerdo que soy una mujer.- Replicó pateandolo desde atrás.

Tan pronto cayó trató de incorporarse pero Melani estaba justo ahí. Le asesto un buen par de golpes, el barbudo desenvaino una vez más el machete atacando con ferocidad, Melani se defendía con facilidad al ser más rápida, su adversario retrocedió y de uno de sus guantes disparó unos dispositivos que parecían unas esposas voladoras y de hecho eso eran, se pegaron a sus muñecas y luego hacían fuerza para tratar de unirse, esto la desestabilizó mucho como para no poder seguir atacando.

Trato de saltar fuera de su alcance pero fue atrapada por otro de sus cables y azotada en tierra otra vez, en el golpe las esposas se unieron con tremenda fuerza, Su adversario empezó a hacerla girar alrededor haciéndola chocar contra mesas árboles una que otra roca y cuanta cosa se le ocurriera, cuando se canso, entonces se acercó a ella.

-Ahorrame el trabajo, quitate el traje, dime de donde lo sacaste y te dejare ir y a tus amigos, esta tu ultima oportunidad, no me pesaría cortarte en pedazos como un cerdo.

-Es que sabes, estoy un poco cansada y me da flojera.

El hombre, enfurecido, la tomó del cuello y la levantó acercando el machete a su cara.

-¿Tus ultimas palabras?

-Por segunda vez...¡Sorpresa!

El hombre paró en seco, en su rostro se notaba la incertidumbre, miro alrededor y no vio nada raro o inusual.

-¿Y entonces?

-Nada, solo estaba haciendo tiempo para ver si se me ocurría algo.

-Debes estar jugando.

-No lo digo muy en serio, sabes hay momentos cuando estás bajo mucha tensión y se bloquea la mente, yo ahora estoy en uno de esos momentos.

-Ya me tienes harto.

El hombre blandio el machete en dirección a ella, pero Melani detuvo su mano agarrandola con ambas piernas, entonces su adversario empezó a apretar su cuello y ella en respuesta lo mordió, la protección del guante en su mano no le impidió sentir dolor al punto de tener que soltarla, momento que ella aprovechó para arrancar el dispositivo en su antebrazo de donde habían salido las esposas y estas se soltaron de sus muñecas.

Arremetió contra él, le desarmo del machete y de los demás pertrechos en su otro antebrazo, luego lo golpeó de todas las formas que se le ocurrieron, cuando lo vio derrotado entonces lo dejó pegado a un árbol.

-Y más te vale que te quedes ahí.

Fue presurosa y liberó a los demás prisioneros, siguiendo con el plan, tomaron uno de los camiones y se reunieron con la otra parte del grupo, al contarlos notó algo. Helen no estaba. Les pido que la esperaran y regresó al campamento, volvió a donde estaba el comandante, aún pegado al árbol.

-Falta una de las estudiantes.  ¿Dónde está?

-¿Te falta alguien? creo que no revisaste bien.

El hombre dibujó una macabra sonrisa que Melani le borró de un puñetazo, de un salto subió sobre un tejado y vio el rastro térmico de alguien sentado en la cabaña del comandante.

Cuando entró vio a Helen solo sentada en una silla sin ningún tipo de ataduras.

-¿Melani? ¿Qué? ¿Qué te hiciste?

-Es una larga historia que te contaré luego, ahora debemos irnos.

Melani tomo a Helen del brazo pero esta se resistió.

-Espera, ese hombre me dijo que la silla tenía un bomba debajo que si me levantaba explotaría.

-Eso debía ser una estrategia para que no escaparas.

Al revisar se dio cuenta de que había un mecanismo debajo de la silla, los olores que persibió eran extraños pero se sentían flamables, así que no se arriesgó.

Estuvo un momento en silencio y luego volvió a dirigirse a Helen.

-Escucha Helen, tienes que confiar en mí, vamos a hacer esto, te vas a parar y me vas a abrazar tan rápido como puedas.

-¿¡Estas Loca!?

-Te dije tienes que confiar en mí. Le dijo mirándole fijamente.

-Okey...okey, esta bien solo dime cuando.

Melanie hurgó en los antebrazos de su armadura y consiguió los mismos manubrios que el comandante había usado en su contra, los manipulo un momento y luego estuvo lista.

-Bien a la cuenta de tres. Uno, dos, tres...

A la distancia los que esperaban en el camión, fueron sorprendidos por el estruendo de un explosión, una nube de humo y fuego se elevó sobre la selva, permitiéndoles entender que la explosión había sido en el campamento, corrieron a ver si podían encontrar a Melani y Helen, pero no tuvieron que ir muy lejos, ambas chicas venían caminando tranquilamente por aquel camino de tierra.

Una vez todos estuvieron listos Melanie les pidió que se fueran.

-¿Como que nos vayamos?

-Vayanse, no se preocupen por mí, yo los alcanzaré, es que hay algo que tengo que hacer primero, no se detengan y vayan directo a la embajada.

-No iremos a ningún lado sin ti..- Replicó Helen.

-Escuchen, todo estará bien, pero tengo que resolver algo antes de irme, ya les dije váyanse yo estaré bien.

Y sin más se les perdió de vista en la espesura de la jungla.

El grupo logró regresar a la ciudad y atendiendo a la petición de Melani, fueron a sus respectivas embajadas donde les gestionaron una rápida salida, Helen quiso esperar al regreso de Melani, pero pasaron dos días sin ninguna noticia de ella, le dijeron que enviaron un grupo de búsqueda, pero ella tenía que viajar de regreso a su país.

El tiempo pasó, varios meses más tarde, en un intercambio internacional entre universidades Helen volvió a reunirse con algunos de los amigos con los que había compartido aquella desagradable experiencia, tras salir de las clases decidieron ir por una pizza, la calle estaba un poco solitaria, pero Helen no dudo en transitarla ya que eran un grupo numeroso.

-Y diganme. ¿Alguien supo algo de Melanie? -Preguntó Wendy.

En ese preciso momento aparecieron tres tipos armados para asaltarlos, los obligaron a entrar a un callejón y mientras les quitaban sus pertenencias uno de ellos fue halado de los pies y luego elevado hasta lo alto de un tejado donde salió fuera de la vista, sus gritos de espanto no se escucharon más, los dos restantes examinaban con temor la oscuridad hasta donde hacía poco ellos mismos se había ocultado, escucharon un silbido venir de la izquierda, cuando voltearon, el que estaba a la derecha desapareció de la misma manera.

El restante se dió a la fuga, pero justo al salir del callejón se puso la mano en el cuello y dando tumbos se desplomo inconsciente. Los chicos seguían asustados, puesto que no entendían qué pasaba, entonces Helen rompió el silencio.

-Wendy sobre lo que preguntabas. Estoy segura que donde sea que Melani se encuentre debe estar muy bien. Dijo mientras esbozaba una sonrisa.


Solo ella advirtió aquellos ojos verdes que con un guiño desaparecieron en la oscuridad.





Dedicado a Melani H



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