Aldw. 2da Parte
A pesar de trabajar con la más avanzada tecnología Morgan era un nostálgico. Su sótano era un verdadero museo de tecnología antigua aislado incluso de las conexiones inalámbricas y las modernidades de su casa, tenía un poco de cada cosa: Herramientas, teléfonos, televisores, radios, discos de vinilo, computadoras, radios de onda corta, partes cyborg de las primeras generaciones y cuanta cosa electrónica se pudieran imaginar. Lo más interesante de esta colección es cada una de las piezas de la misma era perfectamente funcional.
Morgan encendió una de las radios de onda corta potenciada por una pequeña celda de fusión, que de hecho potenciaba todo lo que había en el sótano, para contactar a
algunos de sus amigos que compartían la misma afición, el Dr. Solviet era el
primero en su lista.
-Abraham, tenemos un gran problema, alguien secuestró a Aldw y nos
tiene encerrados en nuestra propia casa.
-¿Qué? ¿Estas tratando de jugar conmigo?
-No, ojala y fuera una broma, alguien se llevó a nuestro Aldw,
quiere todo mi trabajo sobre el cerebro artificial y amenazó con matarnos a
todos si no se lo daba.
El Dr. Solviet hace una pausa, luego presiona el conmutador.
-¿Cómo sucedió?
-No estoy del todo seguro, Sara me despertó alterada, dijo que
durante al asimilación de Aldw, se distrajo solo por un momento y cuando volvió
a ver la proyección él ya no estaba, empezamos a buscarlo con nuestras matrices
neurales, pero solo recibimos la imagen de una horrible cara, se parecía a la
de Aldw pero era...horrible, luego recibimos algún tipo de descarga que deshabilitó
la conexión de la matriz, luego la casa entro en modo de emergencia y nos
quedamos parcialmente sin energía. Entonces un ser sintético apareció cayendo
desde una ventila del sistema de climatización.
-Espera. ¿Un sintético, ósea un humanoide sintético? ¿Cómo salió
por la ventanilla de climatización?
-Su cuerpo es inestable, puede manipular sus moléculas y adoptar
una forma humana o la de una inestable masa de tejido viscoso, algo en
verdad asqueante.
-¿El fue quien se llevó a Aldw?
-No, su creador, alguien que está muy al tanto de mi progreso con
el cerebro artificial y el origen de Aldw. Llevaba una máscara y su voz estaba distorsionada, por lo que no tengo idea de quien sea.
-¿Tal vez alguien que trabaja o trabajó en Waldex?
-De momento no estoy tan interesado en saber quién es esa persona,
lo que quiero es recuperar a mi hijo.
-Creo que puedo ayudarte, Aldw lleva implantado un chip clínico...
-¿Chip clínico?
-Sí, un chip que...
-Se lo que es un chip clínico, lo que no se es porque le pusiste
uno sin mi consentimiento.
-No pensé que te importara, esos chips se colocan en pacientes con
condiciones especiales para monitorear cualquier cambio en dicha condición y asistirlos a tiempo, se me pasó decirte, solo lo hice como un procedimiento de
rutina, no pensé que te molestara.
-¡Claro que me molesta! ¡Ese chip expone a Aldw a un sistema al que demasiada gente puede acceder! Sabes que la existencia de Aldw podría ser
un escándalo de proporciones épicas, la humanidad no está preparada para algo así
todavía, y...
Morgan guardó silencio, entendió que la presión del momento estaba
nublando su buen juicio.
-Mira, el sistema me muestra que Aldw aún sigue en la casa, debajo
de la casa, en el sótano.
-¿Sótano? yo estoy en el sótano y créeme no está aquí.
-Es lo que el sistema muestra, por alguna razón la señal esta
corrompida, apenas puedo recibir sus signos vitales, pero parece que está bien.
Morgan sintió alivio.
-Disculpa Abraham por cómo te hable hace un momento.
-Tranquilo Morgan, me imagino lo que debes estar sintiendo. ¿Qué
hacemos ahora? ¿Llamo a la policía?
-No, este tipo amenazó con matar a Aldw si ve que alguien
interviene, lo que quiero que hagas es que juegues un juego.
-¿Juego?
-Sí, ¿Te acuerdas de Electro Fortaleza?
-Sí, de hecho por ahí lo tengo.
-Juégalo un rato, siempre decías que te ayudaba a tener buenas
ideas, necesito que esas buenas ideas aparezcan ahora ¿Entiendes?
-Te recuerdo que yo nunca fui tan bueno como tú en ese juego.
-Pues busca alguien que te ayude. ¿Eric está ahí? El podría
ayudarte, se que algo se te ocurrirá mientras juegas.
-¿Estás seguro que eso es lo que quieres? ¿Qué juegue un viejo juego de
estrategia?
-No solo quiero que juegues, quiero que ganes. ¿Entiendes? Estoy
seguro que al ganar se te ocurrirá una manera de ayudarnos.
-Bueno, es raro, pero si eso es lo que quieres. Jugaré y te aviso
lo que logre.
-Mantén la radio abierta, te contacto en media hora más o menos.
-Okey, ¿Que vas a hacer mientras?
-Seguir buscando y prepararme para enfrentar a ese sintético de
ser necesario.
-Ten cuidado.
-Lo tendré, cambio y fuera.
Morgan fue a otro rincón del sótano y tras teclear un código en el
panel de cristal de alto impacto de un exhibidor, tomo un brazo Punkster que
guardaba y empezó a prepararlo para reemplazar su brazo derecho.
Mientras en la sala Sara seguía pensando en su hijo, en como aquel
ser artificial se había adueñado de una parte de su corazón, de pronto le pareció escuchar la voz de Aldw, ladeo la cabeza inclinando su oído en la
dirección de donde escucho aquel sonido, el cual se repitió.
-¿Mamá?
Sara sintió mariposas en el estómago, una inexplicable sensación
de júbilo recorrió su ser, provocando una inmediata reacción, se puso en pies
de un salto y tomando la foto barra subió corriendo las escaleras hacia la habitación
del niño.
-¡¿Aldw!?
La habitación estaba vacía, aun gobernada por los destrozos que
había visto hace poco, una mezcla de odio, frustración y tristeza se quiso
apoderar de ella, pero la contuvo estoicamente, se dio la vuelta y mientras se acercaba a las escaleras, alcanzó a ver en la planta baja una pequeña
sombra deslizarse velozmente en dirección a la cocina.
-¡Aldw!
Sara no supo cómo llegó a la cocina tan rápido, hizo un rápido
barrido con su vista ayudada por la lumbrera en su mano, no había nada, quedó
en silencio unos segundos llevándose una mano al rostro, se froto los ojos y
deslizo la mano por su frente hacia sus cabellos. ¿Estaría su imaginación jugandole una broma? Cuando se disponía a darse la vuelta, algo atrajo su atención, Una
de las puertas debajo del triturador de basura se abrió lentamente y sin ruido.
Con cierto recelo Sara se acercó, agachándose lentamente llevo la luz hacia
adentro de aquel pequeño espacio, vio el mecanismo del triturador, algunas tuberías,
cables y el detergente que guardaba allí, nada fuera de lo usual, poniéndose en
pies cerró la puerta. Entonces escuchó la voz de Aldw detrás de aquella puerta
que acababa de cerrar, la abrió de golpe y al agacharse vio con horror como
aquel espacio había cambiado, la maquinaria estaba oxidada, todo se veía sucio
enmohecido y húmedo, tras el segundo o dos de sobresalto se concentró en una
abertura en la pared del fondo, a través de al cual vio los ojos de su hijo.
-¡Mamá ayúdame!
-¿¡Aldw!? ¿¡Cómo!?
-¡Mamá ayúdame me están persiguiendo! ¿Quiénes son esas personas?
¿Qué quieren de mí?
-¡No te preocupes cariño, todo va a estar bien, solo quédate ahí
te voy a sacar! ¡Hazte para atrás!
Sara utilizo toda la fuerza que su brazo robótico podía ofrecer y
destrozó todo lo que había allí, las puertas, la máquina trituradora las tuberías, los cables y luego empezó a golpear la pared tratando de agrandar aquella
grieta. Golpeó una y otra vez hundiendo su puño para luego arrancar pedazos de
Fluroplast del que estaba hecha aquella pared, pero cuando el hueco tenía un tamaño
considerable se detuvo por un momento. Se dio cuenta de que Aldw no estaba detrás
de esa pared, de hecho, no había suficiente espacio para que alguien, ni siquiera
un niño pequeño cupiera allí.
Sara empezó a llorar, diciéndose a si misma que no era posible, se sentó
en el piso, entonces escuchó una voz familiar.
-Ayúdame mami.
Sara se dio vuelta y detrás de ella estaba su pequeño Aldw con la
ropa sucia de sangre y una enorme herida en la cabeza, un hueco que permitía
ver su cráneo vacío.
Con un grito Sara se despertó, aún estaba en la sala, acostada en un sillón, solo pasaron unos segundos y Morgan apareció corriendo.
-¡Sara! ¿¡Que paso!? ¿¡Estas bien!?
Sara se abrazó a Morgan y empezó a llorar desconsoladamente.
-¡¡Morgan, era Aldw, no sé como, era… Una especie de
sueño, era tan real, me pedía que lo ayudara y no pude, luego vi, tenía… Tenía
el cráneo abierto y estaba vacío le habían quitado el cerebro!!
-Mi amor tranquila, fue solo eso, un sueño.-Dijo acercándola a su
pecho
-Vamos a salir de esto, confía en mí.
-Es que… era tan real, tan vivido.
-Debes estar muy tensa con todo esto.
Sara respiró profundamente un par de veces
-Debe ser. ¿Lograste comunicarte con alguien?
-Hablé con Abraham.
-¿Le dijiste que llamara a la policía o alguna agencia?
-No, recuerda que el tipo de la máscara nos advirtió que no llamáramos
a nadie, mucho me arriesgue contactando a Abraham.
-¿Y que hará el?
-Tranquila, confío en su buen juicio, lo bueno es que me dijo que
Aldw aún está en la casa, el, sin decirme, le había colocado un chip clínico,
la señal estaba corrompida, pero mostraba que Aldw aún estaba en la casa.
Sara recordó aquella pesadilla, sintiéndose confundida.
-En… el sueño que tuve Aldw estaba detrás de una pared en la
cocina, mirando por una grieta.
La pareja fue a la cocina, Sara le mostro a Morgan el lugar solo
entonces se dio cuenta de que este traía un brazo diferente.
-¿Qué le paso a tu otro brazo?
-Bueno, cuando gritaste, estaba terminando de cambiar a este brazo,
creo que necesitaremos más fuerza para enfrentar al sintético.
-¿Quieres pelear contra esta gente?
-Haré lo que sea necesario para mantener a Aldw y a ti a salvo.
Sara no dijo nada, pero ese fue el momento en que empezó a
sentirse más tranquila.
Morgan inspeccionó el lugar, no había nada, ni siquiera la manera
en que alguien pudiera caber dentro del espacio detrás de las paredes destinado a las tuberías y cables de fibra óptica, sin embargo rápidamente pensó que
aquel ser sintético, convertido en una masa sin forma podría bien escurrirse
entre aquellos estrechos pasajes, eso le perturbó, significaba que ese tipo podría
estar en cualquier parte de la casa, no solo en el sistema de ventilación.
-¿Por qué no intentas convencerlo de que solo necesita los
archivos? Dale algún prototipo del cerebro artificial y los archivos y que nos
devuelva a Aldw.
-No es tan sencillo como eso, el asunto no es solo que nos
devuelva a Aldw, sino el que hará el después de que tenga esa información. Solo
imagínalo, un imparable ejército de seres artificiales, infiltrándose en los
gobiernos del mundo y estratégicamente desmantelando la sociedad como la
conocemos, o simplemente convertidos en súper soldados, tomando a la fuerza los
países. El cuerpo de Aldw y en especial su cerebro tienen capacidades muy superiores que aún
estoy investigando, en las manos equivocadas esta tecnología sería muy peligrosa ¿Entiendes? No creo que se trate solo de ganar
reconocimiento y dinero, estoy seguro de que hay algo más.
Sara respiró hondo una vez más.
-Okey, se nos termina el tiempo. ¿Qué vamos a hacer?
-Déjame comunicarme con Abraham y terminar con este brazo, vamos
al sótano.
-Entonces ve tú, si Abraham dice que Aldw está aquí quiero
buscarlo.
-Bien pero si el sintético aparece no lo enfrentes, llámame.
Se abrazaron y con un beso se separaron.
Morgan regresó al sótano, miró el reloj, solo les quedaban
minutos, conectó el brazo a la terminal de activación para programar las últimas
funciones, mientras, volvió a contactar al Dr. Solviet por radio.
-Dame buenas noticias Abraham.
-Ya casi terminamos el juego, Eric ha hecho la mayor
parte del trabajo, estamos en el último nivel.
-Te dije que ese muchacho tuyo será un gran científico. Ahora
necesito que se apresuren, ya no nos queda tiempo.
-Sí, sí, no te vayas dame un momento.
Morgan se dio la vuelta y con los cables aun colgando de su brazo
se movió al otro lado de la habitación y encendió una vieja computadora, una
basada en un procesador de ocho núcleos, algo sumamente anticuado, pero que a
pesar de eso funcionaba impecablemente. Manipuló el ratón óptico para abrir algunas
carpetas. Entonces escuchó un ruido que le hizo voltear. Al lado de un armario metálico,
tratando de ocultarse en la sombra que este proyectaba había una pequeña
silueta, su instinto de padre gatilló un incontrolable impulso.
-¿Aldw?
Aquella figurita se sentó
abrazando sus rodillas, Morgan se acercó lentamente, pero se detuvo de golpe, al
tiempo que en el reflejo metálico del armario vislumbro un silueta detrás de él,
se dio vuelta , pero no había nadie, al volver su atención hacia el armario entendio
que algo estaba terriblemente mal.
Aquella figurita había
salido de las sombras donde hace unos segundos estuvo sentado escondiéndose,
era su hijo, pero sus ojos estaban brillantes, enrojecidos y una expresión casi
diabólica adornaba su cara, mientras que todo su cuerpo lucia ennegrecido, como
si estuviera quemado. Morgan trató de articular palabras pero estas no
salieron, acto seguido sintió que le faltaba la respiración, no supo cómo, pero
unos brazos musculosos le rodeaban el cuello en un intento por estrangularlo,
trató de defenderse, pero solo podía usar un brazo, el brazo Punkster aún no
estaba listo.
Forcejeó y luchó sin
mucho éxito, entonces, aquel que lo estrangulaba le habló, pero le hablo con la
misma voz que había escuchado antes en la holoproyección.
-Eres tan especial
Morgan, como no lo pensé, una vieja computadora, desconectada de todo tipo de
enlace, en un oscuro sótano, sin ningún tipo de tecnología de seguridad o
monitoreo, buen trabajo, una vez más me has sorprendido, pero ahora tu tiempo está
a punto de terminar.
La asfixia aumento, sus
ojos empezaban a cerrarse de forma casi incontrolable, pero le permitieron ver
con la rabiza cuando la luz verde se encendió en la unidad de activación. El
brazo Punkster se extendió hasta casi tocar el suelo, luego con un poderoso
giro se elevó por encima de la cabeza de Morgan estrellándose contra la cabeza
de su agresor a gran velocidad.
Tosiendo y carraspeando
Morgan recupero su aliento, retractó su brazo cyborg mientras veía como la
cabeza del sintético lentamente volvía a recuperar su forma. Morgan apretó su
puño adornado por picos de bronce en los nudillos y se abalanzó contra su
adversario, el que calló dando tumbos hasta una pared. Este se incorporó
presiono sus manos contra sus muslos metiéndose con fuerza los dedos en aquella
carne de color extraño y de la cual extrajo los cuchillos con los que se había
presentado la primera vez.
Se lanzó al ataque girando
con velocidad las afiladas hojas de carbono, Morgan no era un gran combatiente, pero
conocía a la perfección las partes cyborg que tenía en su cuerpo y sus capacidades, su
ojo izquierdo cambió a un modo de captura rápida, percibiendo con más lentitud cada uno de sus movimientos de su enemigo, esquivó los ataques y respondió con sendos
puñetazos, la dosis de navajazos se repitió, esta vez Morgan le sujetó ambas
manos, sin embargo sintió que una tercera mano lo agarraba del pie y le hacía
caer de espaldas, no entendió que pasó, el sintético sostuvo, sus brazos contra
el piso, Morgan trató de levantar su brazo Punkster, pero el sintético proyectó
desde su torso un tercer brazo con el que seguía haciéndole resistencia, aun así
Morgan seguía levantando el brazo, entonces su adversario, retorciéndose de una
forma inhumana, movió una pierna hasta el brazo de Morgan, entonces su pie se transformó en
una mano, logrando así inmovilizar aquel poderoso brazo cyborg.
Cuando parecía que las
cosas no podían estar peor, el sintético proyecto un cuarto brazo, con el que
recuperó uno de sus cuchillos, aquel ser había perdido su apariencia inicial, no
solo parecía una especie de araña humanoide, la textura de su piel se había
vuelto irregular y se había plagado de filamentos negros que se movían como pequeños tentáculos,
su cara tenía facciones desmesuradas, ojos enormes, boca con comisuras
distendidas hasta las orejas, las que se le habían pegado a los lados de la
cabeza, su carne parda supuraba un asqueante sudor que escurría por su curvada
nariz y goteaban sobre la cara de Morgan.
Levantó el cuchillo en
alto, Morgan se preparaba para lo peor, pero la cabeza del sintético se ladeo
de golpe, luego se retorció volteandose completamente hacia atrás, esta vez se proyectó hacia el de súbito, entonces fue cuando vio un bate de metal que
golpeaba insistentemente aquel ser. Sara había llegado al rescate.
Continuará...
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