Pesadilla






En medio de una negra noche en donde dar cada paso resulta peligroso, bajo una incesante lluvia, una silueta encapuchada sube por unas escaleras hasta una puerta entreabierta.

-Está bien Kim, descansemos.

De la parte interior de la capa sale una niña de unos ocho años que hasta el momento permanecía oculta.

-¿Qué lugar es este?.
-No estoy seguro, pero creo que podemos pasar la noche aquí.
-Hasta que “ellos” nos encuentren. Musitó la pequeña niña.

El encapuchado se despoja de sus ropas mojadas y entra junto a su hermana a la sombría habitación tras la puerta, con minuciosidad exploran el lugar, solo una consumida vela iluminaba pobremente el desorden polvoriento que reinaba.

-Estaremos bien.- Dijo Ryan mientras daba palmadas en el hombro de su hermana.
-Déjame poner esta ropa a secar.

Agregó Kim tomando las vestimentas húmedas y dirigiéndose hacia unos cuernos colgados en una pared. Ryan tomó un palo que había sobre una destartalada mesa, desgarrando una sabana comenzó a preparar una antorcha, la pequeña vela pronto se apagaría, lo que menos deseaba era que su hermana y él quedaran en la oscuridad. Mientras Ryan hacía esto recordaba su desdicha, él y su hermana tenían tanto huyendo que habían perdido la noción del tiempo. Corriendo, luchando y escondiéndose para poder sobrevivir en una tierra donde el día dura unas pocas horas y la noche parece no tener fín, un sitio donde no hay una voz amiga, ni una mano que ayude, un lugar donde solo ellos tienen sentimientos y alma.

-¿Ryan, Ryan, estas bien?
-¿¡Eh!?, si, solo estaba distraído.
-Mantente alerta, ya esta dejando de llover y voy a salir un momento.
-¿A donde vas?.
-A atender el llamado de la naturaleza.

Ryan encendió la antorcha, empuño la lumbrera sintiéndose un poco mas seguro ya que el sabía que “Ellos” le temían al fuego. Ni las balas, ni las espadas, ni los golpes podían detenerlos, eso lo único que lograba era retrasarlos,  eran muy resistentes, no sentían dolor, no tenían emociones...

-¡¡¡Ryan, Ryan, están aquí!!!.

La voz de Kim rasgo el silencio de la noche como navaja causando un sobresalto en Ryan, sus ojos se llenaron de lagrimas, no de tristeza, sino porque esa era la manifestación del miedo en él. Corrió a la puerta, al ver hacia abajo se encontró con su hermana rodeada por “Ellos”.  Zombis, muertos, espectros, no había una forma concreta de nombrarlos, seres humanoides, de aspecto chamuscado, en parte materiales en parte etéreos, hijos de la noche, esbirros de la muerte, su único proposito era perseguír a los hermanos para arrebatarles sus almas.

Ryan saltó desde los escalones empuñando la antorcha como arma, blandiéndola logró alejarlos.

-¿Kim, estas bien?.
-Si, pero vamonos antes de que vengan más!

Los hermanos empezaron a correr, en unos instantes estaban siendo perseguidos por las animas de la oscuridad, su carrera continuó hasta que otro grupo de “Ellos” les cortó el paso saltando frente a ellos desde el tejado de una casa, ambos se defendieron con fiereza, el afán de sus días había despertado en ellos el más profundo sentido de supervivencia, Kim, a pesar de su corta edad, pensaba y actuaba como una veterana, lo que le permitió safarse de sus agresores y correr a sitio seguro.

-!Ryan voy en tu ayuda!

Mientras Kim gritaba estas palabras Ryan se defendía con patadas y puñetazos, había dejado caer la antorcha así que la única forma de mantener a “Ellos” alejados era peleando, los toscos movimientos de “Ellos” le daban a Ryan cierta ventaja, él era más rápido, aunque le superaban en numero.

Con desesperación la pequeña Kim entró a una vieja casa en busca de algo para socorrer a su  hermano, sobre un estante encontró una buena opción, una lámpara de kerosén, la tomó y corrió hacía la calle.

-!!Ryan, a un lado!!.- Grito Kim mientras lanzaba la lámpara logrando que el kerosén se esparciera.

Tras esto tomó la antorcha que Ryan había dejado caer y la arrojó contra los agresores, dos de ellos se envolvieron en llamas lo que provocó que todos se dispersaran.

-¡Ryan!, ¿¡Estas bien!?.-Preguntó Kim a su hermano mientras corría hacia él.
-Eres una loquita.-Agregó Ryan al tiempo en que la abrazaba.
-Estaba muy asustada, no sabía que hacer, pero me acorde que siempre dices que desesperarse no nos ayuda en nada, así que respiré hondo, pensé rápido, y lo hice.
-Así se hace. ¡Esa es mi hermana!

En realidad Kim no era hermana de Ryan, él, en sus escapes y viajes la encontró y cuidó como si lo fuera. Los hermanos se levantan y continúan su avance, caminaban por calles desiertas, las casas lucían desechas y descuidadas dando el sombrío aspecto de ser un pueblo fantasma, los pocos y extraños pobladores espiaban a través de sucias ventanas, ocultos tras viejos y rasgados visillos que se agitaban por sus bruscas respiraciones, contemplando con ojos saltones y amarillentos, temerosos y a la ves intimidantes, musitando entre ellos palabras inentendibles, murmullos de un lenguaje desconocido y sombrío.

Los ojos de Kim permanecían alerta escudriñando todo posible rincón de donde pudiera surgir el peligro, mientras trataba de ignorar los ojos que la estudiaban suspendidos en la oscuridad del interior de las casas, solo podía apretar la mano de Ryan para contener los deseos de gritar y salir corriendo. Ryan volteaba constantemente para asegurarse de que nadie los sorprendiera por detrás, ambos caminaban a paso acelerado deseosos de salir de aquel lugar. De pronto a la distancia se escucho un aullido, ambos sabían de que se trataba, eran los “Perros”, así que entraron a una de las casas abandonadas y tomaron todo cuanto pudieran usar para defenderse, a diferencia de los “Ellos” los “Perros” si eran vulnerables”

-Ryan, estoy asustada.
-Tranquila, no te preocupes, saldremos de esta cómo lo hemos hecho antes.

Los aullidos se escuchaban cada vez mas cerca, cada vez mas aterradores, cada vez más...
Saltando por las ventanas aparecieron los “Perros” huesudos canes infernales, con el pelaje teñido de sangre seca, ojos muertos y filosos dientes de aspecto putrefacto atacaron ferozmente a los hermanos, al ver que eran demasiados optaron por huir una vez más.

-¡¡Kim las escaleras, rápido!!

Accediendo a la petición Kim comenzó a subir las escaleras manteniendo a distancia los perros con un tridente de aventar heno, luego Ryan, armado con una guadaña, siguió a su hermana hasta el segundo piso, allí continuaron la lucha contra los “Perros” los que parecían no acabarse, corrieron hasta una habitación por la que salieron a través de una ventana, descolgándose lograron bajar hasta la calle, pero desde la oscuridad “Ellos” los asechaban. Lanzandose contra los hermanos, los rodearon, esta vez eran demasiados, los “Perros” saltaron desde el tejado de la casa sobre ellos, esta vez los hermanos no tuvieron oportunidad contra los esbirros de la muerte.
Lo último que Ryan vió fue una mano extendida y el rostro ensangrentado de su hermana

-Aaaaahhgg!!!!, Rryaaaaaan!!!!, Rryaaaannnn!!!!............
-………………..

Unos instantes después todo había terminado, los cuerpos de los hermanos yacían muertos en la calle, despedazados en el salvaje intento de "Ellos" de arrancarles sus preciosas almas, tendidos boca arriba, con sus rotros congelados en una mueca de dolor, sus ojos desorbitados mirando hacia el oscuro cielo del que empezó a caer una fria lluvia, lentamente la sangre cubría el empedrado para luego desvanecerse al mezclarse con el agua, la grotesca escena no inmutó a los que desde sus casas observaban con temor y morbosa curiosidad, la lluvia se hizo más fuerte…

Y la noche siguío su curso…

Bajo una incesante lluvia una silueta encapuchada y envuelta en una capa sube por unas escaleras hasta una puerta entreabierta.

-Esta bien Kim, descansemos.

De la parte interior de la capa sale una niña de unos ocho años que hasta el momento permanecía oculta.

-¿Que lugar es este?
-No se, pero creo que podemos pasar la noche aquí.

Una extraña sensación de haber estado allí anteriormente invadió a los hermanos y así debía ser ya que habían estado en ese lugar incontables veces. Ryan y Kim están atrapados en una pesadilla de la que no podrán despertar hasta que amanezca, pero pasará algo de tiempo para que eso suceda, ya que esta es una tierra donde el día dura unas pocas horas y la noche parece no tener fín.

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